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estimados lectores o lectoras:
Si algo ha quedado y demostrado claro, es que no hago sino decir la verdad cuando afirmo que yo soy de otro Planeta, Planeta que quizá también se llame la Tierra, en cuyo caso, tal vez ese "ser de otro Planeta" en realidad se traduzca, más bien, en "ser de otro tiempo".
Razonablemente, me parece que he hecho los suficientes esfuerzos para que prevalezca la verdad sobre todo este montaje, conspiración y trama delictiva criminal que esa asociación de malhechores o como quiera que queramos llamarlo han instigado, mantienen y mantendrán contra mi derecho a la libertad de expresión, mi derecho a mi libre actuación reivindicativa no violenta en el plano físico, mi derecho a poder vivir por el mundo sin problemas derivados de mi dadivosidad, mi derecho a pensar que la gente actúa de buena fe, mi derecho a amar a quien quiera, mi derecho a la vida espiritual o psíquica, y mi derecho, en fin, a la propia vida física.
Sin embargo, la derrota no puede haber sido más total:
-tal y como previeron y buscaban, he perdido la razón, y estoy bajo tratamiento psiquiátrico.
-tal y como previeron cuando crearon el personaje ficticio "Altair", ellos, que son quienes, para engañarme en mi buena fe, delictivamente suplantaron en la RED a un menor(*) (esteee... es que suplantar la personalidad de un menor es delicto incluso si quien la suplanta es algún familiar directo, luego hay delito, pues lo han hecho) son quienes precisamente me mantienen abierto un proceso judicial real del cual lo que se desprende, hasta ahora, es:
uno - que demasiadas personas desconocen el significado exacto, dado por la Real Academia Española de la Lengua, a términos como "imbécil", "idiota", subnormal", y demás que, si figuran en su diccionario, es obvio que nadie podrá tener el derecho a impedir su utilización por parte de quien sea en las circunstancias que sean, máxime cuando tales calificativos son debidamente argumentados o documentados.
dos - que del primero al último de quienes intervienen en este montaje tienen un alma tan negra como la pez, al dar, sin fundamento alguno, alas a la sospecha de delito por la simple entrega dadivosa de doscientos euros a alguien que, desde mi buena fe de engañado, creía un leal y habitual colaborador de mis blogs, donde el mismo llevaba editados no menos de nueve posts.
Sin embago, ¿para qué seguir? Por la razón que sea, a uno le han endosado, socialmente, la etiqueta de "cero a la izquierda", y como esa etiqueta que la sociedad te pone no es potestad de uno o una modificarla, pues "cero a la izquierda".
¿Resultado? La sociedad se enriquece, sin duda, a raíz de ese triunfo total de los fascistas y los malechores sobre una persona que siempre actuó de buena fe, y que va a procurar seguir actuando así.
Así de sencillo: cuanto más triunfen los malhechores, la sociedad será mejor y más justa: ¿verdad?
Por lo tanto, ¿para qué seguir? ¿Puede ser suficiente motivo para continuar el seguir haciéndoles perder un poco más de tiempo y esfuerzos a los agentes de la Plaga Emocional, y seguir atrapándolos por aquí un poco más como prueba de la procedencia de sus desgraciados comentarios? Pues tal vez sí, por lo de que el tiempo que gastan en su cabronada contra mí no lo podrán gastar en su cabronada contra otros u otras. Pero yo ya me he cansado de ese juego, y qué se le va a hacer.
Cierre, quizá, provisional: a diferencia del felizmente completado blog de la Magia, en este de defensa sí que hay cosas que me hubiera gustado aún añadir o sacar a la luz, por lo que, aunque harto improbable, podría ser que algún día editara esas cosas por alguna parte, probablemente aquí.
¿Me queda algún blog abierto, es decir, alguno que, previsiblemente, sí que vaya teniendo continuidad, aunque ve a saber cuándo? Pues sí: queda la cuadra.
¿Abriré algún día algún nuevo blog? Improbable, si bien no imposible del todo.
En fin, si os habéis fijado en el encabezado, este post está dedicado en exclusiva a las estimadas lectoras o lectores, por lo que los posibles, aunque ya poco probables, comentarios procedentes de la Plaga Emocional y la Polícía del Pensamiento, independientemente de su contenido, previsiblemente serán trasladados al subblog.
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(*) Menor al que luego enviaban a verse esporádicamente con un señor mayor que vete a saber qué cuentos o propósitos albergaba hacia él, si bien, a estas alturas, todo indica la verdadera naturaleza o ralea final de ese menor.
saludos cordiales.
ET & forrest gump.
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